La Champa fue diseñada para una familia de cuatro, padres retirados e hijos construyendo su vida de adultos. Alejados del estrés citadino, el diseño toma lugar en un terreno resguardado por la familia por más de 20 años, donde siempre existió el sueño de crear un oasis de relajación. El deseo inicial fue construir un lugar flexible, muy abierto , con una sensación de gran libertad para compartir juntos feriados y otras fechas especiales; algo bueno, bonito y factible económicamente.
Este espacio se resuelve en planta libre. Una habitación multipropósito que se abre a los jardines extensos a través de una fachada extrovertida compuesta por lienzos corredizos de madera y vidrio, e intrínsecamente conectada a un cuerpo de agua donde la distinción de adentro y afuera está difusa. La extroversión hacia el jardín posterior se ve contrapuesta por la fachada introvertida hacia el jardín frontral, con tres vanos cuadrados alineados y en decrecimiento, dando pequeñas vistas hacia lo que espera del otro lado.